El siguiente relato lo ha creado Sergio L. de 1º ESO A
CHARLI
En un
futuro me gustaría llegar a ser un gran periodista, con un matrimonio feliz y
el suficiente dinero para una casa, coche y comida.
Ese era yo
con nueve años, hace diecinueve años. La verdad es que eso me hubiera gustado. Pero seamos
realistas: nada de eso pasó.
Esta es la
historia de mi vida, mi nombre es Charli.
A partir de
los 15 años me di cuenta de que todo no era tan fácil, pero seguía con los
mismos sueños.
A los
21, justo al terminar por fin bachiller
y catear 3 veces, en 1.º, 4.º y 1.º de bachiller, busqué un trabajo para pagarme
la carrera. No encontré nada, así que le pedí un poco de dinero a cada uno de
mis tres hermanos y dos hermanas, incluyendo padres, los que se divorciaron cuando
yo tenía ocho años y por eso lo de la familia.
Al empezar
la carrera estudié día y noche, siete días a la semana y 365 días al año. Al
acabarla, por fin, intenté conseguir un trabajo de periodista en varios sitios
y ciudades de Europa y América. Tampoco encontré nada, ni siquiera en el bar de
la familia, ya que les había pedido dinero y me fui de casa dejando un mensaje
a cada uno. Pero no lo pensé bien, ya que mi familia es muy rencorosa.
Más tarde,
con el poco dinero que me quedaba, pude comprar un vuelo a Japón para empezar
una vida como ayudante en una residencia. Allí vendí casi todo lo que tenía
para pagar una casa en alquiler. Todos los días iba a ayudar a la residencia y
trabajaba junto a un hombre llamado Sora cuyo significado es cielo en
japonés.
–A mí la verdad es que me gusta Sora, pero… ¿tú crees que él me
querrá? Le comenté a una anciana llamada Shiro.
–¡Claro! ¡Pero no te das cuenta de que te mira todo el rato!
Así que me
decidí, me acerqué a él y le dije:
–¿Quieres salir conmigo?
–¡Claro! –Me
contestó.
Al día
siguiente tras acabar nuestro turno, nos fuimos a tomar un café en una
cafetería muy mona pintada de morado, con bastantes plantas y personas. Allí
nos conocimos mejor: los dos éramos tímidos, pero graciosos.
Ahora vivimos juntos y en la residencia me han
ascendido y el sueldo es bastante bueno. No es el futuro con el que soñaba, pero
es el presente que me hace feliz.