lunes, 4 de junio de 2018

Concurso de Poesía y Microrrelato 2018 II

Ganadora de la categoría de poesía de 3.º y 4.º ESO
M.ª José Contreras Cabrera
4.º ESO B

La primavera

Una vez pasado el invierno
comienza la primavera,
bienvenido sea el encanto
que en ella nos espera.

Son bonitas las mañanas
Cuando amanece mojado,
El aire mueve las hojas
Con un baile refinado.

Qué hermoso el mes de mayo
no hay flor que se resista
a crecer en su tallo,
y recrearnos la vista.

Caminando por jardines
observando la belleza,
de rosas, flores y jazmines
que brotan de la naturaleza.

*

Finalista en la categoría de poesía de 3.º y 4.º ESO
Elena Higueras Delgado
3.º ESO A


Naturaleza

Bella naturaleza,
de día desprendiendo luz.

Radias energía,
también contagias maravillas.

El canto de tu inspiración,
me hace sentirte día a día.

De noche contemplo tu calma,
a la espera que llegue el alba.

Son sueños que nunca se apagan,
tus infinitos paisajes, tu bello horizonte.

Mar, tierra y agua,
siempre te halagan.

*

Ganadora en la categoría de narrativa de 3.º y 4.º ESO
Carolina Maldonado Rodríguez
3.º ESO A

Lugar inadecuado

Bajé las escaleras, iba con el traje que el día anterior mi madre me había regalado. Escuché a mi madre llamarme para que fuera al salón. Fui y empezaron a opinar lo elegante que iba, excepto mi padre, él no me miró, simplemente apartó la cara. Mi abuela soltó un comentario típico, pero inapropiado.
- Con lo guapo que vas y sin novia. -dijo mi abuela.
De repente mi padre gruñó a la vez que se levantaba para irse sin decirme ni una sola palabra. Mi madre apenada por la situación me dio un beso y me advirtió de lo sucedido la noche anterior.
Llegué a la fiesta, vi a mis amigos reunidos en un corro. Al acercarme me di cuenta de que hablaban de unas chicas que estaban sentadas al final de la mesa, cómo no. Me callé y fingí sentirme cómo hablando de eso, pero de repente, entró una chica. Iba vestida con un vestido llamativo y precioso, me quedé embobado. Después entró otra y así unas cuantas seguidas. Me imaginaba con ellos puestos, me imaginaba tener un vestidor con todos aquellos vestidos, pero me acordé de la conversación de la pasada noche con mis padre. Recordé la frase de mi madre, tú eres un chico y tú te vestirás como uno. Esa frase me hizo volver a la realidad y recordar que nunca podría ir así. Intenté evitar el tema en mi pensamiento y pensé que ir a por una bebida, me despejaría. Cuando llegué a la barra, vi una chica bastante diferente, evité la mirada y me cogí mi refresco, pensé en ir hacia mi lugar, pero de repente, estaba yendo por servilletas para limpiar el vestido de aquella chica misteriosa. Cuando terminamos se presentó y al igual hice yo. La miré por minutos, porque la veía diferente y después ella me soltó una frase que me impactó: Sí, soy trans, ¿algún problema? Yo me quedé callado unos minutos hasta que me digné a preguntarle.
-¿Y cómo lo supiste? -dijo yo.
Le cambió la cara y empezó a explicarme todo por lo que ella había pasado. Desde ese momento sentí que alguien realmente e entendía. Desde ese momento entendí que no era raro, sino igual a todos, pero no en el lugar adecuado. Desde ese momento entendí que debía aprender a elegir lo que quería y no depender de lo que quisieran mis padres para mi futuro.

*
Finalista en la categoría de narrativa de 3.º y 4.º ESO
María Serrano Mármol
4.º ESO A

Destino

La semana pasada al llegar a mi casa como todos los días, revisé mi buzón para ver si tenía alguna carta importante. Cogí la llave del buzón, que siempre la tengo guardada en mi cartera, y abrí el buzón. Había tres cartas, así que las cogí y entré en casa. Después de darme una ducha, me senté en el sofá y empecé a leer las cartas. Una de ellas me llamó especialmente la atención, ya que no pertenecía a mi dirección. Por lo tanto, la dejé sin abrir para mañana antes de ir al trabajo llevársela a su dueño correspondiente. Y así hice.
La mañana siguiente fui a la dirección indicada en la carta. Al llegar a la casa me sonó muy familiar, me quedé unos segundos pensativo, ya que la estructura era muy parecida a mi casa. Salí del coche y miré por la ventana para ver si había alguien… Y para mi sorpresa, en el interior de la casa, me observé a mí mismo… siendo asesinado.